Entrevista con Alexandre Dupeyron

1. ¿puedes presentarte? Tu trayectoria, tus fuentes de inspiración, tu motivación como artista. 

Desde que era una joven adolescente que descubría la magia del cuarto oscuro, me convertí en fotoperiodista para satisfacer mi ansia de viajar y mi curiosidad por el mundo. Hoy en día, me sigue impulsando este afán de exploración, pero he vuelto a un enfoque más artístico, alimentado por todas las experiencias que he adquirido a lo largo de los años. 

Vivo entre Burdeos, donde me uní al colectivo LesAssociés e instalé mi estudio, y Berlín, para inspirarme y experimentar con otros campos artísticos. Durante mucho tiempo estuve buscando un material fotográfico que se pareciera a mí y encontré un nuevo campo de investigación en la goma dicromatada. Mi deseo de cambiar la realidad a partir de la cual se crea la fotografía continúa ahora en la impresión gracias a esta técnica con un potencial plástico ilimitado. Poco a poco me voy acercando a las libertades de la pintura. 

La trilogía Qatsi (Koyaanisqatsi, Powaqqatsi, Naqoyqatsi) ocupa un lugar especial entre mis fuentes de inspiración más importantes. Esta obra cinematográfica experimental, llevada por la música hipnótica de Philip Glass y la visión radical de Godfrey Reggio, me causó una profunda impresión. Me enseñó que es posible construir una narración sensible y política sin palabras, sólo mediante la disposición del ritmo, la luz y el movimiento.  Considera el montaje como una forma de lenguaje, lo que resuena especialmente con mi forma de ver el material fotográfico como un flujo y un material vivo, sobre todo en las performances que desarrollo. 

Soy muy sensible a lo que ocurre entre las cajas de un cómic, en los espacios vacíos de un fotolibro, en las elipsis, las zonas dejadas a la imaginación del lector o espectador. Me encanta la fotografía no tanto por lo que muestra, sino por su capacidad para permitir silencios, desenfoques, vacíos... Son todos estos espacios activos de narración y proyección los que me interesan. 

 2 ¿Cómo surgió la idea de la exposición? ¿Qué papel desempeñas en este proyecto y cuál es tu relación con los distintos artistas? 

"Ashes of the Future" pretende ser una continuación de Disnomía, en la que me interesa especialmente el elemento fundamental del fuego. Me gusta explorar la dimensión paradójica del fuego: Portador de energía vital y de muerte, de conocimiento y de destrucción. Me gusta contemplar el fuego en su doble dimensión prometeica: liberador y destructor al mismo tiempo. 

La vida en la tierra sólo pudo crearse y mantenerse mediante un delicado equilibrio entre los elementos. El fuego, como todos los demás elementos, desempeña un papel ambivalente. Es el origen de muchos mitos fundacionales y de los primeros conocimientos técnicos; permitió a la humanidad pasar de lo crudo a lo cocido, reunirse, protegerse y procesar la materia. Pero también es un instrumento potencial de nuestra propia desaparición si se utiliza con fines destructivos, o si se convierte en un síntoma de un mundo recalentado: un reflejo de nuestra entrada en lo calorífico. 

Lo que intento cuestionar en "Ashes of the Future" es esta tensión fundamental, la necesidad de un equilibrio entre fuerzas que con demasiada frecuencia despreciamos porque nos dejamos llevar por nuestra arrogancia, esa desmesura que nos lleva a considerarnos amos y dueños de lo vivo. El fuego ya no se contenta entonces con brillar o calentar, sino con consumir. 

Es un honor mostrar "Ashes of the Future" en el marco del programa Fotohaus Arles, organizado por Christel Boget. Nos conocemos desde hace mucho tiempo y admiro su empeño en reunir a artistas de Francia y Alemania a través de la fotografía. Crear una conexión y un diálogo, ¿no es ésa la esencia de lo que queremos conseguir como artistas? Creo que esta edición será especialmente rica, ya que se homenajeará a varios colectivos. 

3. ¿Qué significan para ti los Rencontres d'Arles? 

Arles es una suave mezcla de descubrimientos, encuentros y reencuentros. La riqueza de las relaciones que se forjan aquí, la inspiración que nos espera en una exposición o en una muestra de libros, hacen de esta cita un lugar de encuentro ineludible para el sector. Con el tiempo, se ha convertido en un ritual y casi se pueden desarrollar hábitos. Es una suerte poder reunirse en un mismo lugar con amigos artistas, galeristas y comisarios de todo el mundo. 

Exponer aquí es aún mejor, ya que se trata de un panorama de la creación fotográfica contemporánea. Invito a todos los amantes de la fotografía a disfrutar de este acontecimiento único en el sur de Francia. 

4. Has pedido a WhiteWall que apoye tu proyecto, ¿qué te ha motivado a hacerlo? ¿Cómo ve WhiteWall y qué te ha parecido la colaboración hasta ahora? 

Me acerqué a WhiteWall porque sabía que podía confiar en su experiencia y en sus estándares. El trabajo que realizo con Cenizas del futuro requiere un proceso de impresión muy fino, especialmente con los grandes formatos y la reproducción del material. 

En esta serie se mezclan diversos registros iconográficos de distintas procedencias: reprografías de películas planas, imágenes de archivo, fotografías en blanco y negro, en color y científicas. Estos materiales heterogéneos se organizan según una lógica discursiva en la que las imágenes dialogan, se responden y a veces se contradicen; como muchas capas de una única narración fragmentaria.  Necesitaba un laboratorio fotográfico capaz de comprender la sutileza que hay detrás de cada fotografía que se va a imprimir y que pudiera ofrecer diferentes tipos de soportes y marcos que se ajustaran a la escenografía que estábamos diseñando. Ya sabía que WhiteWall tenía una muy buena reputación, pero me impresionó especialmente la calidad humana de la colaboración y el apoyo.